Introducción

Nuestros cuerpos están cubiertos de piel. La piel de la nariz se extiende hasta el final de ésta y la de los dedos de las manos y los pies se extiende hasta su extremo. El pene también está cubierto de piel. El pliege de la piel que tapa y protege al glande (la cabeza) del pene se llama prepucio, a veces llamado forro, cuerito o pellejo, entre otros nombres.

El pliegue interior del prepucio es una membrana mucosa que suele mantener la superficie del glande húmeda.

El frenillo que sujeta al prepucio en su parte delantera continúa en la banda frenular. Esta banda de tejidos especializados rodea al prepucio en donde ambos pliegues, tanto el interior como el exterior, se juntan en la unión mucocutánea, haciéndolo extremadamente sensible.

Cuidados

El pene del niño no requiere de ningún cuidado especial. Sin embargo, el prepucio en el recién nacido nunca debería retraerse forzadamente.

Durante los primeros años de vida el prepucio y el glande están conectados por una membrana común llamada sinequia (al igual que las uñas están pegadas a los dedos). Este tejido se disuelve naturalmente en un proceso que nunca debería de apresurarse.

Se puede retraer el prepucio cuando la superficie interior se separa del glande y su abertura se muestra más amplia. Esto sucede generalmente a más tardar a los 3 años de edad. Aunque el glande y el prepucio se separan en la infancia, puede ser que este último no se retraiga a esa edad porque la abertura del prepucio infantil pueda estar apenas suficientemente grande como para permitir el paso de la orina.

La primera persona que retrae el prepucio del niño debería ser la madre. A la vez que el muchacho descubre que el prepucio es retractable (un descubrimiento maravilloso), él puede y debe aprender fácilmente a cuidarlo por sí mismo. Una explicación simple de cómo realizar tal proceso sería provechosa:

  1. Desliza suavemente el prepucio hacia atrás
  2. Enjuaga el glande de tu pene y el pliege interior del prepucio con agua tibia
  3. Regresa el prepucio hacia adelante, otra vez a su posición normal sobre el glande.